Elmer Manuel Pavón
El rey Salomón fue el tercer y último monarca que tuvo Israel, la Biblia nos habla de él.
El mantenía un vacío en su alma, y busco varias formas de buscar la felicidad.
La primera forma de buscar el placer lo hizo en las cosas materiales. Compró mansiones, lo que él quería construir lo construía, su casa era inmensa, su palacio era magnífico, pero las cosas materiales no le dieron una felicidad permanente.
Al darse cuenta que su riqueza y materialismo no lo hacían feliz, se dedicó al aprendizaje para buscar su paz.
A través del aprendizaje se lleno de todo conocimiento, estudiando hasta altas horas de la noche, fue un estudiante prolífico.
Pero tampoco el conocimiento le dio la paz en el corazón.
Buscando su felicidad se hace aficionado a las bebidas embriagantes; el ingirió las mejores bebidas que en aquella época se podría producir.
Se dio cuenta que tampoco las bebidas embriagantes podrían satisfacer permanentemente las necesidades del alma.
Luego hace otro intento para buscar alegría permanente en su alma y se vuelve lujurioso; se casó con 700 mujeres y tuvo 300 concubinas.
Tampoco esto lleno el vacio de su corazón.
Por fin se da cuenta que la verdadera felicidad y paz permanente la da Dios; y el se vuelve a Dios, y comprende que la vida con todas sus experiencias es vacía, era como tratar de agarrar el viento con las manos.
Una vez que se tornó a nuestro Creador, él dice ´’Con todo yo también sé que los que a Dios temen tendrán bien’’.
Han pasado muchos años y esta historia de Salomón buscando su felicidad es un gran mensaje y reflexión para este tiempo.
En estos momentos nuestros gobernantes han de comprender que la riqueza más el poder no lleva a ninguna paz y felicidad permanente; se darán cuenta que buscando eso mediante malas prácticas y corrupción no los llevara nunca a ser felices para siempre y al final la justicia divina les pasara factura.
Estamos a pocos meses de elegir los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, muchos buscan controlar ese poder del Estado para buscar placeres materiales, que equivocadamente buscó el rey Salomón para encontrar la verdadera felicidad.
Otros buscan esos placeres artificiales y alejándose de Dios, mediante el acaparamiento de la institucionalidad de Honduras, y otros se prestan para esa situación vendiéndose al mejor postor. Que equivocados están, hay que encontrarse con Dios como lo hizo el rey Salomón.
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