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jueves, marzo 28, 2024

Dile adiós a las espinillas y el acné con esta mascarilla de avena y leche

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La mascarilla de avena y leche es uno de esos productos 100% naturales que pueden ayudar a disminuir este problema; en esta ocasión vamos a compartir su fórmula de preparación para que no dudes en ponerla en práctica.

Las espinillas y los granos de acné son problemas cutáneos muy comunes que suelen afectar a gran parte de los adolescentes de todo el mundo, y a los adultos en menor medida.

Se trata de una afección producida por la obstrucción de los poros de la piel, ya sea por la producción excesiva de sebo o por la acumulación de ciertas impurezas que se absorben como resultado de la exposición a la contaminación del ambiente.

Por la apariencia que provoca en la piel, esta condición genera problemas de autoestima en aquellos que la padecen pues, además, desde siempre se ha tachado como algo antiestético.

Teniendo en cuenta el impacto negativo que genera en la persona, en la actualidad muchas compañías han desarrollado diferentes tratamientos que pueden acelerar su recuperación para tener un rostro libre de impurezas.

No obstante, la medicina alternativa y los productos de belleza natural también ofrecen buenos remedios que, por sus propiedades, pueden ofrecer una buena solución sin llegar a sufrir efectos secundarios.

Mascarilla antiacné de avena y leche
Durante cientos de años, tanto la avena como la leche han hecho parte de las rutinas de belleza de miles de personas, quienes han aprovechado todas sus virtudes para tener una piel más hermosa y radiante.

La combinación de ambos crea una mascarilla con propiedades astringentes y exfoliantes que facilitan la eliminación de células muertas y otras impurezas que dan lugar al acné.

Además, tiene la propiedad de regular el pH de la piel para reducir el exceso de grasa.

Dile adiós a las espinillas y el acné con esta mascarilla de avena y leche1 (2)

¿Cuáles son los beneficios de la avena?
La avena es uno de los cereales más completos que nos ofrece la naturaleza, rico en vitaminas, minerales, fibra y otros importantes compuestos que se pueden aprovechar tanto a nivel interno como externo.

En la actualidad se está utilizando como compuesto activo de varios productos comerciales debido a su alto poder hidratante y reparador que mejora la apariencia de la piel.

Una de sus principales virtudes es su acción limpiadora, ideal para absorber toda la suciedad y residuos que se van acumulando en los poros.

Cuida la estructura de la piel, regulando su pH natural por las proteínas que contiene.

Ofrece una humectación profunda para evitar la deshidratación y los daños provocados por los agentes agresivos del ambiente.
Desde hace mucho se utiliza como un exfoliante natural, ideal para tratar espinillas, granos, barros y otras imperfecciones.

¿Cuáles son los beneficios de la leche?
El ácido láctico de la leche y sus grasas naturales se han aprovechado a lo largo de la historia en el tratamiento de diferentes problemas cutáneos como el acné y las quemaduras.

Como el ingrediente anterior, hoy en día hace parte de productos de belleza comerciales que buscan aprovechar sus nutrientes para cuidar los diferentes tipos de pieles.

Contiene vitamina A, un ingrediente esencial para nutrir y reparar los tejidos de la piel.
El ácido láctico actúa como un elemento hidratante, ideal para humectar la piel y mantenerla suave.
Además, tiene una acción exfoliante que facilita la eliminación de piel muerta y otros desechos que provocan acné.
Eso sí, es mejor no utilizarlo en el verano, ya que el ácido láctico baja las defensas de la piel ante los rayos UV.

¿Cómo preparar esta mascarilla?
Ingredientes
½ taza de leche (125 ml)
2 cucharadas de avena (20 g)

Preparación
Empieza mezclando la avena con la leche hasta obtener una pasta más o menos espesa.
Luego, lávate la cara con un jabón regular y mucha agua, y procede a aplicarte la mascarilla, teniendo mucho cuidado con el contorno de los ojos.
Después de extenderla por todo el cutis, déjala actuar como mínimo 15 minutos y termina retirándola con agua fría.
Repite el tratamiento 2 veces por semana, ya que los resultados no son inmediatos y se requiere de constancia para obtenerlos en poco tiempo.
Opcionalmente le puedes incorporar un poco de miel para aprovechar su acción antibiótica y reparadora.

Fuente: Mejor con salud

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